En este mes, no quería dejar pasar la oportunidad de escribir un artículo sobre la mujer y el deporte.
Muchos años han pasado y muchas cosas han cambiado desde que se tomó la imagen de la atleta Kathrine Switzer, a la que un comisario intentó parar en 1967 para que no acabara el maratón de Boston. Desde entonces, esta atleta se ha convertido en el icono de la lucha por la igualdad de la mujer en el deporte.
Como curiosidad, los juegos olímpicos de los antiguos se realizaban desnudos, no se sabe a ciencia cierta por qué. Una de las teorías que pueden ser probables, es el intento de irrupción de una mujer disfrazada de hombre en las pruebas. Esto conllevó a optar por realizar los juegos desnudos, para evitar lo que se consideraba un intruso.
Es el mismo caso, en diferente época. La segunda vez, Katherine Switzer, sin disfraz, corría una maratón que tenía prohibida por el hecho de ser mujer y que en la misma intentaron impedírselo, sin éxito. En el primero, una mujer disfrazada de hombre, de otra forma ni se hubiese acercado sin ir con un hombre que la acompañara, se colaba en una competición, desvelándose posteriormente como una mujer, lo que acabó en tal revuelo que llevó a tomar la decisión de imposibilitar la opción del disfraz.
Como decimos, nada tiene que ver el mundo que vivimos ahora con el pasado, y nadie, o al menos ninguna sociedad civilizada cuestiona a la mujer como ser humano con habilidades deportivas, sin embargo, mucho queda por recorrer.
Problemas que persisten
Aun podemos ver como existe una gran brecha salarial entre hombres y mujeres en el mundo del deporte. Uno de tantos motivos por el que es importante este artículo de la mujer y el deporte.
Cómo llenan estadios las competiciones masculinas y cómo las femeninas lo intentan. Cómo las mujeres deportistas pierden a sus patrocinadores por quedarse embarazadas a pesar de que luego vuelven incluso más fuertes a la competición, o patrocinadores que no patrocinan deportes femeninos por este tipo de miedos.
Pero esto tampoco es una novedad, lo que pasa en el mundo del deporte, no es más que el reflejo de lo que ocurre en nuestra sociedad. La brecha salarial del deporte, es la misma brecha salarial que en cualquier trabajo, cada una en su proporción. La falta de expectación por la competición femenina, se traduce en el techo de cristal en el resto de trabajos.
No se puede generalizar, no siempre ocurre así, pero tampoco podemos negar la evidencia.
La mujer lleva años esforzándose mucho para ser visible, demostrando cosas que jamás se le pidieron al hombre para que se le valore a su mismo nivel. Recordemos que la igualdad es tratar igual las situaciones iguales y desigual las desiguales. No pedimos que se nos trate como iguales, pedimos igualdad.
Nos faltan referentes femeninos en el deporte, mujeres que influyan en niñas para seguir peleando lo que un día conseguiremos. Y no nos faltan porque no hayan, si no porque no nos dejan verlas. Apostaría a que conoces a Rafa Nadal, Pau Gasol o Fernando Alonso, pero dudo de que conozcas a Serena Williams, Maya Moore o a María de Villota.
Todos conocemos que es la NBA, pero ¿sabías que existía la WNBA? Es lo mismo, pero para mujeres, al parecer tiene que llamarse diferente. Otro dato interesante a la par que revelador, es que según de un estudio 2017, de la Organización de las Naciones Unidas, se estimaba que había un 50,5% de hombres y un 49,5% mujeres sobre el total de la población mundial. Sin embargo, en el mismo año, de los aproximadamente 210 técnicos (entrenadores jefe y asistentes) que formaban parte de las 30 franquicias NBA, solo un 0,014% del total eran mujeres. Esto se traducía a tres personas: Becky Hammon (San Antonio Spurs), Jenny Boucek (Sacramento Kings) y Nancy Lieberman (Sacramento Kings). Un desequilibrio que contrastaba con los movimientos sociales que se estaban produciendo en la sociedad civil en todo Occidente, en mayor o menor medida.
Por lo que podemos decir que aunque la desigualdad hacia la mujer es palmaria en toda la sociedad, en el deporte es incluso hasta más flagrante.
Un poco de historia de España
En España con el final de la dictadura la mujer empieza a incorporarse en el mundo del deporte cada vez más, aunque el mayor aumento se produce en los últimos años, donde empieza a ser normal escuchar el noticiario deportivo en clave femenina.
Entre 1975 y 1985 se produjo el gran ascenso de la serie histórica. Del 22% de las mujeres que practicaban deporte se pasó al 34%. En los siguientes años esa dinámica se mantuvo constante hasta alcanzar recientemente el 40%.
En la actualidad son muchas mujeres españolas las que pulverizan los récords en el mundo, Arantxa Sánchez Vicario, Mireia Belmonte, Andrea Fuentes, Lydia Valentín, Conchita Martínez, Almudena Cid. Son todas ejemplo de fortaleza, perseverancia, valentía, características que poseen como mujeres y que nunca debieron ser cuestionadas.
Mujeres famosas en el deporte
Debemos seguir trabajando por la normalización entre hombres y mujeres. Porque no haya actividades exclusivamente de hombres o de mujeres. Por seguir recorriendo un camino que muchas abrieron, otras allanaron y que nosotras ampliaremos.
No puedo terminar sin nombrar a aquellas a las que hay que agradecer cambiar el curso de la historia:
– Kathrine Switzer, la primera mujer que corrió un maratón
– Enriqueta Basilio, primera mujer en encender un fuego olímpico
– Lusia “Lucy” Harris, la única mujer reclutada en un equipo de la NBA
– Billy Jean King: ganadora de la «Batalla de los sexos»
– Gertrude Ederle, la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha
– Nadia Comăneci, la encarnación de la perfección
– Charlotte Cooper, la primera mujer en ganar un título olímpico
Estas mujeres comenzaron a escribir la historia de la mujer en el mundo del deporte, pero existen otras muchas en el medio, y muchas en la actualidad que demuestran que ningún deporte es solo cosa de hombres, y aquí un pequeño ejemplo:
– Tia-Clair Toomey, atleta profesional de CrossFit y halterófila australiana, campeona cuatro veces consecutivas de los CrossFit Games en 2017, 2018, 2019 y 2020.
– Mariana Pajón, más de 18 títulos mundiales y dos medallas olímpicas que obtuvo en Londres 2012 y en Río 2016 en BMX.
Me gustaría acabar diciendo que no es el momento de empoderar a la mujer, porque la mujer ya es poderosa por sí sola. Es el momento de hacer lo que mejor hacemos, salir a demostrarlo.