Existen tantos mitos en el mundo de la nutrición que cuesta saber cuáles de las cosas que leemos son ciertas y cuáles son falsas. Por ejemplo, sobre la fruta se dicen muchas cosas como que el aguacate engorda, que es malo comer fruta de noche, que no se puede comer fruta con la comida, que algunas adelgazan…En el artículo de hoy te queremos dar respuesta a preguntas como las siguientes: ¿engorda el melón?, ¿engorda el coco?, ¿engorda comer fruta por la noche? Sigue leyendo para que no se te escape esta información tan valiosa.
Los 3 grandes mitos en el consumo de fruta
La fruta es deliciosa, muy saludable y necesaria en la dieta de cualquier persona. Al igual que la verdura, aporta muchos nutrientes indispensables para el organismo. Contiene fibra, minerales, agua y vitaminas, todo ello esencial para el buen funcionamiento de nuestros órganos. No solo mejora nuestro rendimiento intelectual y físico sino que es ideal para prevenir enfermedades como la diabetes, el cáncer, la obesidad o las de tipo cardiovascular.
¿Quieres estar sano y mejorar tu calidad de vida? Presta atención a los mitos más extendidos acerca del consumo de fruta, aprende con nuestras respuestas e incorpora lo aprendido a tu manera de alimentarte.
La fruta se ha de comer antes de la comida o entre horas
Que no se deba comer fruta de postre es un falso mito que desmentiremos en este apartado. Cualquier variedad tiene las mismas quilocalorías se coma antes, durante o después de la comida. Lo único que nos puede beneficiar de ingerirla separada de las comidas es que llegaremos con menos hambre a la comida en cuestión y llenaremos menos el plato. Además, como contienen azúcares hacen que la digestión sea más larga así que si padeces de digestiones muy lentas puede ayudarte comerla antes. Pero eso de que engorda más a una hora que otra no tiene nada de cierto. Puedes disfrutarla cuando más te apetezca.
Comer melón o cualquier fruta por la noche engorda
¿Engorda el melón de noche? Esta es una pregunta que oímos a menudo porque, sobre todo en verano, son muchos los que cenan platos frescos y rápidos de preparar como son: el melón con jamón o una crema fría de éste o sandía.
Ni el melón ni ninguna fruta engorda de noche, es más ni de noche ni de día. Simplemente, las hay que son más recomendables en uno u otro momento del día pero no por el hecho de engordar. Existen frutas que tienen propiedades depurativas y/o que facilitan la conciliación del sueño y otras que, por el contrario, aportan una energía que el cuerpo no necesita cuando ha de descansar.
Así, frutas con mucho contenido en agua y pocas calorías como el melón o la sandía son perfectas para mantenerte hidratado mientras duermes y contra la retención de líquidos, igual que la piña. Otras menos ligeras y con más fructosa como el mango, las cerezas o el plátano se asimilan mejor durante el día. También es aconsejable evitar las cítricas antes de dormir porque por su acidez dificultan la digestión y podrían interferir en el sueño.
Cuidado con qué fruta eliges si estás a dieta
- Hay frutas que adelgazan
La idea de que la piña adelgaza está súper extendida. De la misma manera, se dice que si estás a dieta no debes comer plátano o que el coco y el aguacate engordan ¡error! La realidad es que no existen alimentos que engorden por sí solos sino que somos nosotros los que hacemos que nos engorden, normalmente excediéndonos en las cantidades, comiendo demasiados ultra procesados o de una manera no equilibrada.
En cuanto a la piña, frecuentemente se afirma que tiene propiedades adelgazantes y quema grasas e incluso existe la llamada «dieta de la piña». Esta dieta proclama que es posible adelgazar comiendo solo piña (en su versión más extremista) o incluyéndola en todas las comidas. Esta última corriente supone que se restrinjan el resto de alimentos (sobre todo los compuestos por carbohidratos). No es que sea del todo mentira porque la piña es muy diurética, sin embargo, lo que realmente se consigue es perder líquidos y desinflamarse y no bajar de peso perdiendo grasa. Esto conlleva a recuperar lo perdido a posteriori sin resultar efectiva a largo plazo y cuanto menos saludable.
- Algunas frutas engordan
Por otro lado, habitualmente se indica que si deseas perder peso has de eliminar de tu dieta frutas como el plátano o el aguacate. El fundamento de esto es que la primera tiene demasiados hidratos y la última mucha grasa. Es verdad que el plátano tiene más calorías por 100 gramos que otras frutas como la sandía, el melón o las fresas, sin embargo, por su fibra resulta muy saciante y aporta más energía. Gracias a su capacidad para mantenerte saciado y a su contenido en triptófano, puede ayudarte a disminuir la ansiedad y prevenir que ataques la nevera más tarde. Además su aporte energético es ideal para la práctica de deporte y como aliado contra la fatiga. Todo ello contribuye a la pérdida de peso. Cabe destacar también que aún así tiene muchas menos calorías que otros alimentos.
Por su parte, el aguacate es una fruta calórica con alto contenido graso pero son ácidos grasos buenos como los del aceite de oliva. No hay que excederse en la cantidad diaria de grasas ingeridas pero éstas en su buena medida son necesarias y beneficiosas para la salud. Es más, el aguacate es una fruta que ayuda a reducir la glucosa y cuyas vitaminas del grupo B ayudan a conciliar el sueño. Resulta una buena idea para tomar por la noche, por ejemplo 1/4 del mismo junto a una ensalada. Si entrenas por la tarde y lo añades en la cena te beneficiarás de sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para generar masa muscular.
Conclusiones finales
Las siguientes son conclusiones que podemos sacar de este artículo: ni engorda el melón, ni engorda el plátano, ni existen frutas prohibidas por la tarde o por la noche. Consumir varias raciones de fruta al día es esencial para llevar un estilo de vida saludable y obtener todos los nutrientes que necesita el cuerpo para sus funciones vitales. Si además buscas adelgazar tendrás que seguir una dieta con un déficit calórico para no excederte en las cantidades diarias necesarias de cada macronutriente pero sin, en ningún caso, eliminar alimentos tan imprescindibles como las frutas y las verduras.
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