El ejercicio y la salud son dos cosas interrelacionadas. Está claro que el ejercicio físico y mantener unos hábitos saludables influyen muy positivamente en nuestra salud. Por ello, seguro que te has planteado si deberías entrenar estando enfermo, si va a afectar positivamente a tu recuperación o por el contrario la dificultará. Permíteme decirte que, depende.
Puede ser difícil saber cuando se puede continuar con nuestra rutina habitual y cuando se debe de tomar unos días de descanso. Aquí te daremos algunos consejos para que tu mismo valores cual es tu situación personal y si puedes seguir, o por el contrario, debes parar.
Puedes Entrenar estando enfermo si…
Si tienes alguno de los siguientes síntomas, es posible que puedas seguir con tu rutina habitual. No obstante, si tienes dudas, lo mejor es que te valore un médico.
Resfriado leve
Un resfriado va a consistir principalmente en congestión nasal, estornudos, algo de tos y talvez dolor de cabeza. Si el dolor de cabeza no es tan grande como para dificultarte ir a entrenar, no hay motivo alguno para no ir. Si te sientes algo bajo de energía deberías de considerar bajar un poco la intensidad del entrenamiento y/o su duración.
Eso si, ojo con los contagios. No es plan que vayas al gimnasio a contagiar a todos con tus estornudos y tos. Al menos tápate y se higiénico.
Dolor de oídos
En este caso hay que diferenciar el dolor de oídos provocado por una infección y el provocado por una afección en otra zona. En niños, son comunes las infecciones de oído, no obstante, en adultos se suele deber a otra zona afectada como la garganta.
Siempre y cuando tu equilibrio no esté afectado, es completamente seguro entrenar con un leve dolor de oídos.
Congestión nasal
El taponamiento de la nariz puede ser incómodo si no estás acostumbrado a respirar por la boca o por la secreción nasal constante. Si va acompañada de fiebre o dolor de cabeza, sería mejor que te tomes unos días de descanso. Si por el contrario solo tienes mocos, ir a entrenar te ayudará a abrir tus fosas nasales permitiéndote respirar mejor. En este caso, el cardio ligero como bicicleta o elíptica son ejercicios fenomenales para este propósito.
Dolor de garganta
El dolor de garganta más común es provocado por alguna infección viral como la gripe. Si este es el caso y va acompañado de otros síntomas como la fiebre o dificultad para tragar, es mejor no poner en riesgo a los demás y que descanses unos días. Si va asociada a otro tipo de afectación, podrás seguir entrenando si no te resulta demasiado incómodo el tragar o respirar.
No deberías de Entrenar estando Enfermo si…
Como hemos comentando en los puntos anteriores, no deberías de entrenar estando enfermo si tu afección tiene causa vírica. Los virus son altamente contagiosos y es necesario extremar la higiene para no contagiar a los demás. Además, es probable que en los primeros días el malestar sea bastante importante, por lo que tomarte unos días libres será lo más recomendado.
¿Cuándo deberías de volver a entrenar?
Si has tenido que parar de entrenar por haber estado enfermo, es importante dejar que el cuerpo se recupere completamente si has pasado por alguna enfermedad importante. Además, es importante que conozcas los siguientes efectos del ejercicio sobre nuestro sistema inmunológico:
- El ejercicio regular puede reducir el riesgo de contraer ciertas enfermedades debido a la estimulación del sistema inmune.
- El ejercicio intenso prolongado y los picos de forma, así como déficits calóricos prolongados, ayudan a inmunodeprimir nuestras defensas.
Existe la creencia de que dejar de entrenar durante unos días retrasará o incluso conllevará un descenso del rendimiento, la fuerza y la masa muscular. Esta creencia es totalmente falsa, ya que la masa muscular se empieza a perder lentamente tras 3 semanas sin entrenar. En el caso de la fuerza si que se comienza a perder antes, en torno a los 10 días comenzará a descender progresivamente. No obstante, 10 días son más que suficientes como para recuperarse total o parcialmente de muchas enfermedades víricas que son las principales causantes de la necesidad de parar en nuestros entrenamientos.
También, cabe destacar que al volver a entrenar es necesario hacerlo progresivamente y de forma gradual. Volver a entrenar con la misma intensidad que cuando lo hemos dejado puede ser contraproducente. Simplemente escucha tu cuerpo y no sobrepases sus límites.
Conclusión
Como dijimos al principio, el ejercicio y la salud van de la mano. El ejercicio físico moderado y prolongado durante el tiempo va a ser un efectivo método de prevención de enfermedades a largo plazo. No obstante, como todo, tiene matices, pues el deporte de élite o el buscar picos de forma va a resultar en una disminución de nuestras defensas, lo que nos hará más propensos a caer enfermos. Sin embargo, aún estando enfermos debemos ser capaces de escuchar a nuestro cuerpo y valorar si realmente es necesario tomarnos un descanso o podemos seguir con nuestra rutina habitual (o modificándola ligeramente).