Todos queremos retrasar el envejecimiento, retrasar la muerte y buscar la “juventud eterna”. Lo más importante de retrasar el envejecimiento es poder tener durante más tiempo una calidad de vida mayor. Muchas veces pensamos que todo es cuestión de genética o de suerte, pero tiene mucho que ver cómo vivimos y qué hacemos.
Se puede decir que está en nuestras manos gran parte de los años que vamos a vivir bien o de los años que vamos a vivir en general. Vamos a ver distintas acciones para prevenir el envejecimiento y hacer que nuestro cuerpo se deteriore lo más lentamente posible.
Mejorar la masa muscular
Uno de los grandes problemas asociados a la gente mayor o la tercera edad es la pérdida de masa muscular. Con la pérdida de masa muscular se aceleran muchos procesos asociados al envejecimiento, resistencias a la insulina o acumulación de grasa. Ayudando al mantenimiento o la ganancia de masa muscular mejoramos nuestro sistema metabólico que lucha contra lo que hemos comentado anteriormente. Por tanto es importante el ejercicio intenso pero también acompañado de ejercicios de fuerza y mejora de masa muscular.
Controlar el consumo de grasa
Las grasas que consumimos deben ser de calidad. Es muy importante incluir grasas en la alimentación, pero actualmente tenemos un desequilibrio entre la ingesta de omega 6 y omega 3 como te explicábamos en este artículo. Debemos mejorar el equilibrio entre ambos ya que una grasa es inflamatoria y otra antinflamatoria. Tenemos que aumentar el balance de omega 3 frente al de omega 6.
Prevenir la inflamación de órganos
Con esto nos referimos a la inflamación que surge a partir de la mediana edad en la cual hay una inflamación en moléculas circulando por todo el organismo que generan cierta inflamación en muchos órganos del cuerpo. Muchos de esos órganos pueden empezar a fallar aunque la inflamación sea muy de bajo grado y no la notemos. Esta inflamación suele producirse por la introducción de toxinas en nuestro organismo, pero principalmente esta inflamación se encuentra muy asociada a la resistencia a la insulina. Esta inflamación es silenciosa, pero es la que puede provocar de repente un iptus, un infarto, fibromialgia o incluso la demencia senil. Para prevenir la inflamación lo más importante es la mejora de la sensibilidad a la insulina y comer antinflamatorios. Y la forma más sencilla de hacerlo es como se suele decir “comer bien” y comer productos naturales. Como fármaco ante fallos más severos en la sensibilidad a la insulina se puede tomar metformina consultando siempre antes al médico.
Promover la autofagia
La autofagia es la capacidad que tiene el organismo de “comerse” a sí mismo. El organismo se puede reciclar y desechar moléculas y células para tenerlas más jóvenes. También con la autofagia eliminamos desechos que podemos tener acumulados en distintas zonas del cuerpo. Con la autofagia prevenimos en envejecimiento desde las estructuras más pequeñas del organismo al sustituir las viejas por nuevas.
Podemos mejorar la autofagia con la ayunoterapia. A partir de 12 horas de ayuno se promueve la autofagia y se incrementa la eliminación de desechos celulares.
Otra manera de mejorar la autofagia es con deporte de alta intensidad. Cuando el organimo eleva pulsaciones y eleva la oxidación se activa la autofagia. Con el deporte intenso se desarrolla el reciclaje de las membranas celulares. Algunos tipos de ejercicios pueden ser tipo HIIT, tábata o cualquier deporte de alta intensidad.
Equilibrar nuestras hormonas
El estado de equilibrio hormonal se va modificando con la edad y tiene consecuencias en nuestro organismo. Este desequilibrio se da a nivel metabólico, inmunológico e incluso psicológico. Nuestras glándulas endocrinas con los años liberan peor las hormonas y por tanto cambian muchos procesos internos. Si es necesario se debe acudir al endocrino para vigilar nuestro estado hormonal. Es importante sobretodo controlar la glándula tiroides y si conoces que tienes algún tipo de problema en dicha glándula controlar cuanto antes el hipotiroidismo o hipertiroidismo. En caso de los hombres (principalmente) también hay que controlar el nivel de testosterona. Las mujeres deben vigilar los niveles hormonales al comenzar la menopausia para controlar si el organismo está teniendo un cambio demasiado brusco desde que comienza la menopausia hasta unos años después cuando todo se estabiliza más. Si a partir de cierta edad te notas más fatigado puede que sea momento de acudir al médico para hacer un chequeo a los niveles hormonales.
Mantener los biorritmos
Es importante mejorar los biorritmos corporales para retrasar el envejecimiento. Los biorritmos son los procesos por los que nuestro cuerpo se asocia al día y a la noche; y dependiendo de eso libera cierto tipo de hormonas. Al perder los biorritmos el envejecimiento también se acelera porque las funciones hormonales se descompensan y acaban empeorando su trabajo. Por tanto debemos respetar horarios y tener la mayor adherencia posible a la hora a la que nos dormirmos y nos levantamos habitualemente para no descontrolar el cuerpo.
Comer antioxidantes
Para retrasar el envejecimiento han surgido en los últimos años muchos suplementos y complementos encaminados a luchar contra la oxidación. Cuando una persona tiene altos niveles de oxidación la replicación de las células puede ser deficiente y acabar en enfermedades. Además, con los antioxidantes podemos luchar mejor contra infecciones.
Solo se deben tomar como suplementos cuando exista una alta etapa de oxidación o cuando hacemos deportes con desgastes de largo tiempo. No debemos tomarlos antes o después del deporte, para dejar que en ese momento sea el propio cuerpo el que genere antioxidantes propios.
Mejorar la calidad del sueño
Trabajar por la noche, cambiar constantemente turnos de trabajo, despertarse continuamente o no dormir lo suficiente hace que se envejezca más rápido. El cuerpo utiliza el momento del sueño para repararse y si se interrumpe su trabajo no se reparará correctamente y el cuerpo poco a poco se va deteriorando.
Mejorar el estado anímico
Hay relación entre el buen funcionamiento de nuestro organismo y nuestro estado emocional. Una persona que se encuentre frustrada, deprimida o con una tensión constante sufre internamente procesos asociados a patologías del organismo y asociados al envejecimiento. Esto no es fácil de mejorar. Pero si es necesario se puede tratar con psicólogos o buscar estrategias en momentos de día de relax que compensen otros momentos de estrés. La ansiedad no sólo nos hace sentir mal si no que nos hace acabar muriendo antes.