Mucha gente busca el bienestar físico y mental, pero nada más levantarse no tienen la actitud para hacerlo. Vamos a ver varios pasos para ver cómo conseguir este bienestar, tanto físico que es algo que interesará a cualquier lector de esta web como mental.
Tenemos que aprender a gestionar nuestro cuerpo para tener energía, y para ello tenemos que entender que tenemos una mente que también nos ayudará. La gestión de nuestras emociones también afecta a la mente y el cuerpo, así que también lo trataremos entre los puntos que vamos a analizar.
Dormir lo suficiente
El primer paso fundamental para conseguir el estado de bienestar físico y mental es el sueño. Tenemos que tener suficientes horas para dormir. Mientras dormimos limpiamos sustancias tóxicas que por ejemplo hacen engordar o retener líquidos entre muchas otras cosas. Si no dormimos lo suficiente el cerebro no va a funcionar correctamente, y toda la calidad de nuestra vida va a depender de él. Como habrá oído una persona adulta necesita dormir entre 6 y 8 horas. Depende de cada persona, pero si no duermes bien no tendrás energía ni tu cuerpo y mente funcionarán adecuadamente. Si te cuesta dormir o te despiertas a menudo puedes mejorar tu descanso con melatonina.
Evalúa cómo es la calidad de tu sueño y si crees que necesitas dormir más comienza a acostarte antes. Como indicamos este primer paso es el principal antes de seguir con los siguiente.
Deporte
El deporte da energía y saludo. Es algo que todo el mundo sabe, pero si no hacemos deporte no tendremos buena energía y a la vez si no tenemos energía no nos apetecerá hacer deporte. Por tanto hay que entrar en esta rueda y ponerla en marcha. Para ello puedes empezar poco a poco, con ejercicios poco intensos y a partir de ahí ir adquiriendo una rutina ir añadiendo duración e intensidad.
Una parte que los deportistas olvidan son los estiramientos. Pero un cuerpo flexible ayuda al bienestar físico y a una mejor actividad deportiva.
Calmar la mente
No hacer nada desarrolla el cerebro. No entendamos no hacer nada con ver televisión. Nos referimos a hacer que nuestra mente descanse bajando sus ondas beta a alfa o gamma.
Se suele relacionar la calma mental con la meditación, pero no tiene por qué ser directamente eso. Puede valer simplemente si tenemos mucho estrés darnos pausas, por ejemplo en el trabajo. Aún así vamos a aclarar que la meditación ayuda a hacer más cosas con menos esfuerzo, a calmar el miedo, a sentirse pleno y a hacer que las cosas externas nos afecten menos. Saca 15 minutos diario y tu cerebro cambiará en un par de meses, quizá tú no lo notes pero los cambios estarán ahí. Meditando bajarás el estrés y con él mejorará de forma directa tu salud.
Otra manera de calmar la mente es cambiar los problemas por dar gratitud sobre lo bueno que tienes. Párate a pensar en qué tienes importante en tu vida, da las gracias y focalízate en estos pensamientos.
Céntrate en algunas cosas, no en todos los estímulos y lo que se te pasa por la cabeza. Si tienes tareas, colócalas por prioridad o importancia; y céntrate en ellas y descarta lo demás.
Si quieres información sobre meditanción, mindfulness, pilates y yoga puedes consultar este artículo.
Mantén un pensamiento flexible
Adáptate a la vida actual y sé flexible. No luches contra los cambios, fluye con la vida y disfruta de ella. El mundo siempre cambia y el que más sufre es el que no se adapta a las nuevas circuntancias. Aprovecha la vida tal como es y agradece las nuevas experiencias, ten en cuenta que salir de la zona de confort da miedo pero enriquece.
Atiende a tus sentidos
Si lo piensas, todo lo que pasa en nuestro cerebro se introduce en el interior por alguno de nuestros cinco sentidos. Una vez que el estímulo entra por uno de estos sentidos el cerebro lo transforma en pensamientos.
Empecemos por la vista. Antes de dormir mira cosas que te motiven, imágenes bellas o de logros. Olvida meter en la cabeza imágenes agresivas, inadecuadas o estresantes ya que llegan a tu cerebro y durmiendo las trata para archivarlas.
Cierra los ojos y escucha unos segundos. Muchas veces no nos paramos a escuchar, sólo oímos. Además todo lo que entra por el oído también tiene impacto en el cerebro, así que cuida lo que ves en televisión y escucha audios que te inspiren.
Lo que olemos también influye en nuestro estado de ánimo. Las esencias y aceites esenciales nos ayudan a la relajación. Prueba a tenerlas en tu casa o en tu habitación y te ayudarán a la calidad del sueño.
Somos seres sociales y necesitamos sentir el contacto. No tiene por qué ser contacto con otra persona, podemos darnos automasajes que mejoran el dolor, la ansiedad y ayudan a la relajación. También mejora el humor, la vitalidad y el sistema inmune.
En cuanto al gusto disfruta de lo que comes. Y sobre todo cuida lo que comes. La comida como sabrás ayuda a la salud y nos proporciona energía. Intenta comer a una velocidad tranquila para mejorar la digestión. No tomes bebidas frías durante la comida, son contraproducentes para la digestión. El agua templada o caliente ayudan a hacer la digestión porque el estómago necesita calor para sus procesos. Y hablando de esto, no olvides beber agua a lo largo del día y de hidratarte bien por las mañanas al levantarte después de la deshidratación nocturna.
Hacer lo que te gusta hacer
Haz aquello que te gusta sin marcarte objetivos ni expectativas, simplemente disfruta de la actividad que elijas. Haz cosas por el mero placer de hacerlas, por disfrutar de la vida. El cerebro genera endorfinas y nos pone de mejor humor, incluso ayuda a bajar la ansiedad, mejorar el sistema inmunitatio, y nos crea felicidad.
Piensa qué puntos no estás siguiendo correctamente y pasa a la acción para remediarlo. No tienes que hacer todo lo que hemos contado pero si poco a poco vas mejorando puntos encontrarás un mejor bienestar tanto físico como mental y tu vida será mejor.